jueves, 25 de agosto de 2016

EL HORNO MICROONDAS

HORNO MICROONDAS


El horno de microondas es un subproducto de otra tecnología al igual que otros inventos. Esto sucedió durante el curso de un proyecto de investigación relacionado con el radar, alrededor de 1946 en el que el doctor Percy Spencer, ingeniero de la Raytheon Corporation, notó algo muy peculiar. Estaba probando un nuevo tubo al vacío llamado magnetrón cuando descubrió que una chocolatina que tenía en su bolsillo se había derretido. Intrigado y pensando que quizá la barra de chocolate había sido afectada casualmente por esas ondas, el doctor Spencer hizo un experimento. Esta vez colocó algunas semillas de maíz para hacer palomitas, cerca del tubo y, permaneciendo algo alejado, vio con una chispa de inventiva en sus ojos cómo el maíz se movía, se cocía e hinchaba y brincaba esparciéndose por todo el laboratorio.


A la mañana siguiente, el científico decidió colocar el magnetrón cerca de un huevo de gallina. Le acompañaba un colega curioso, que atestiguó cómo el huevo comenzó a vibrar debido al aumento de presión interna originada por el rápido incremento de la temperatura de su contenido. El curioso colega se acercó justamente cuando el huevo explotaba, salpicándole la cara con yema caliente. El rostro del doctor Spencer, por el contrario, se iluminó con una lógica conclusión científica: lo acaecido a la barra de chocolate, a las palomitas de maíz y ahora al huevo, podía atribuirse a la exposición a la energía de baja densidad de las microondas. Y si se podía cocinar tan rápidamente un huevo, ¿por qué no probar con otros alimentos? Así comenzó la experimentación.


El doctor Spencer diseñó una caja metálica con una abertura en la que introdujo energía en forma de microondas. Esta energía, dentro de la caja, no podía escapar y por lo tanto creaba un campo electromagnético de mayor densidad. Cuando se le colocaba alimento la temperatura del alimento aumentaba rápidamente. El doctor Spencer había inventado lo que iba a revolucionar la forma de cocinar y sentaba las bases de una industria multimillonaria: el horno de microondas.


Los ingenieros se dedicaron a trabajar en el invento del doctor Spencer, mejorándolo y modificándolo para un uso práctico. A finales de 1946, la Raytheon Company solicitó una patente para emplear las microondas en el cocimiento de los alimentos. Un horno que calentaba los alimentos mediante energía de microondas se instaló en un restaurante de Boston para hacer pruebas. En 1947, salió al mercado el primer horno comercial de microondas. Estas primeras unidades eran grandes y aparatosas, de 1,60 m de altura y 80 kg de peso. El magnetrón se enfriaba con agua, de modo que era necesario instalar una tubería especial.También, su precio era elevado, costaban alrededor de 5.000 dólares cada uno.


Hubo bastante resistencia contra estas unidades y no fueron aceptadas de inmediato. Las ventas iniciales eran desalentadoras. Sin embargo, las mejoras y refinamientos ulteriores produjeron un horno más fiable y liviano, menos caro y con un nuevo magnetrón enfriado por aire, se eliminó la necesidad de colocar tuberías. Finalmente el horno de microondas alcanzó un nivel de aceptación relativa, particularmente en el campo de la venta de alimentos rápidos.


Los comerciantes tenían el problema de cómo podrían mantener calientes los alimentos hasta que se los comprasen, ya que si se descomponían sería una pérdida obviamente cuantiosa. Al aparecer el empleo del horno de microondas, pudieron mantener los productos congelados en el lugar donde se servían y luego los podían calentar rápidamente en el horno de microondas. Esto proporcionaba alimentos más frescos, con menos desperdicio y más ahorro.


De inmediato los negocios de alimentos rápidos y restaurantes se dieron cuenta que el horno de microondas resolvía más problemas de los que creaba. Al encontrarse con el mismo problema de mantener calientes los alimentos durante largos periodos, los propietarios de restaurantes comenzaron a apreciar el valor del horno de microondas en sus operaciones. Actualmente pueden mantener en refrigeración sus alimentos y calentarlos a la orden de los clientes.




Cuando la industria alimentaria comenzó a reconocer todo el potencial y versatilidad del nuevo invento, éste se aplicó a nuevos y variados usos. Las industrias comenzaron a emplear las microondas para secar rebanadas de patata, tostar granos de café y cacahuetes. Se podían descongelar, preasar y dar cocimiento final a las carnes. Aún el abrir ostras se facilitaba con el uso de las microondas. Otras industrias encontraron conveniente las diversas aplicaciones del calentamiento por microondas. Con el tiempo, se emplearon éstas para secar corcho, cerámica, papel, cuero, tabaco, fibras textiles, lápices, flores, libros húmedos y cabezas de cerillo. También se emplearon las microondas en el proceso de curado de materiales sintéticos como nylon, hule y uretano. 1 El horno de microondas se transformó en una necesidad para el mercado comercial y las posibilidades parecían interminables.


Los avances tecnológicos y el desarrollo posterior condujeron a un horno de microondas evolucionado y al alcance de la cocina del consumidor. Sin embargo, aparecieron muchos mitos y desconfianza acerca de las nuevas y misteriosas estufas electrónicas de "radar", de modo que se retrasó algo el florecimiento, aunque no mucho. En los años setenta más y más gente encontró que las ventajas de cocinar con microondas compensaba los riesgos probables y al parecer, nadie moría de "envenenamiento" por las radiaciones, ni quedaba ciego, estéril o impotente (al menos debido al uso de hornos de microondas). Cuando se desvanecieron los temores, comenzó a filtrarse una creciente ola de aceptación en las cocinas de Estados Unidos, contradiciendo mitos y convirtiendo la duda en demanda. Había empezado el auge.


En 1975, por primera vez, las ventas de hornos de microondas rebasaron el número de estufas de gas vendidas. El año siguiente se informó que 17% de todos los hogares de Japón cocinaban con microondas, en comparación de sólo cuatro por ciento de los hogares de Estados Unidos durante ese año. Sin embargo, para 1978, los hornos de microondas adornaban las cocinas de más de nueve millones de hogares, aproximadamente 14%, en Estados Unidos. Al final de 1980, esta cifra aumentó en más de 25%. En 1986, el horno de microondas se hizo más patente que el lavavajillas y alcanzó 60%, o sea aproximadamente 52 millones, de los hogares estadounidenses. Los hábitos de cocinar en Estados Unidos cambiaron drásticamente por la comodidad en tiempo y ahorro de energía del horno microondas. Si alguna vez se consideró como lujo, éste ha evolucionado gracias a la moderna tecnología y por la demanda popular, en una necesidad práctica para un mundo activo. El mercado en expansión ha originado un estilo de acuerdo a cada gusto, un tamaño y forma que se acomodan a cada cocina y un precio accesible a casi cualquier bolsillo. Las opciones y particularidades, como la adición de calor de convección, horneado con sensor, etc., satisfacen las necesidades de casi cualquier aplicación en el horneado, cocinado o secado. Ahora, la magia de hornear con microondas se ha esparcido por el mundo y convertido en un fenómeno internacional. El doctor Percy Spencer, el inventor, continuó en Raytheon como consultor "senior" hasta su muerte a la edad de 76 años. Fue autor de más de 100 patentes y se le consideraba uno de los principales expertos en el campo de las microondas, no obstante que carecía de instrucción secundaria.

El descubrimiento del horno microondas en una anécdotas muy simpática,puesto que se trata de unos de esos hallasgos practicos prácticos casuales con los que de vez en cuando nos sorprende este curioso mundo.

Hacia 1946 Percy Spencer era un ingeniero de la empresa Raytheon, dedicada a la investigación científica y colaboradora habitual del gobierno de los USA. Spencer estaba realizando investigaciones con un magnetrón (un generador de altas frecuencias para usarlo como radar); tras pasar un tiempo al lado de este invento, Spencer se sacó una tableta de chocolate del bolso de su bata y comprobó que estaba fundida.
Tras darle vueltas en la cabeza a este hecho, buscó unos cuantos granos de maiz y los puso al lado del magnetrón: al poco tiempo tenía palomitas de maiz. Al día siguiente llamó a un colega y puso un huevo al lado del magnetrón: el huevo empezó a vibrar y estalló salpicándoles la cara de yema caliente. Spencer comprendío enseguida que las microondas de baja intensidad porducían una serie de reacciones que daban como resultado una subida de temperatura, y se le ocurrió la idea de hacer un horno empleando este sistema.

Los ingenieros de Raytheon estudiaron y perfeccionaron los primeros bocetos de Spencer, se patentó en 1946 y al año siguiente vio la luz el primer microondas: pesaba 80 kg, medía 1,60 y costaba la friolera de 5000 dólares; además necesitaban de una instalación de agua para refrigerarlos. Al principio solo fue usado en restaurantes, industrias y lugares especiales dónde fuese dificil mantener la comida caliente, pero en los años 70, con la llegada de la miniaturización y tras numerosas mejoras, el microondas era ya un horno doméstico presente en numerosos hogares de todo el mundo. 


               COMO FUNCIONA EL HORNO MICRO HONDAS



Un horno de microondas funciona haciendo pasar la radiación no ionizante de microondas, generalmente a una frecuencia de 2,45 gigahercios (GHz) (con una longitud de onda de 122 milímetros) a través de la comida. La radiación de microondas está entre las frecuencias de radio común y de infrarrojos. El agua, grasas y otras sustancias presentes en los alimentos absorben la energía de las microondas en un proceso llamado calentamiento dieléctrico. Muchas moléculas (como las de agua) son dipolos eléctricos, lo que significa que tienen una carga positiva parcial en un extremo y una carga negativa parcial en el otro, y por tanto giran en su intento de alinearse con el campo eléctrico alterno de las microondas. Al rotar, las moléculas chocan con otras y las ponen en movimiento, dispersando así la energía. Esta energía, cuando se dispersa como vibración molecular en sólidos y líquidos (tanto como energía potencial y como energía cinética de los átomos), lo hace en forma de calor.

El calentamiento por microondas es más eficiente en el agua líquida que en el agua congelada, donde el movimiento de las moléculas está más restringido. También es menos eficiente en grasas y azúcares (que tienen un momento dipolar molecular menor) que en el agua líquida.

A veces se explica el calentamiento por microondas como una resonancia de las moléculas de agua, pero esto es incorrecto: esa resonancia sólo se produce en el vapor de agua y a frecuencias mucho más altas (a unos 20 GHz). Por otra parte, los grandes hornos de microondas industriales que operan la mayoría en la frecuencia de 915 MHz (longitud de onda de 328 milímetros), también calientan el agua y los alimentos perfectamente.

Los azúcares y triglicéridos (grasas y aceites) absorben las microondas debido a los momentos dipolares de sus grupos hidroxilo o éster. Sin embargo, debido a la capacidad calorífica específica más baja de las grasas y aceites, y a su temperatura más alta de vaporización, a menudo alcanzan temperaturas mucho más altas dentro de hornos de microondas. Esto puede inducir a temperaturas en el aceite o alimentos muy grasos, como el tocino, muy por encima del punto de ebullición del agua, y lo suficientemente altos como para inducir reacciones de tostado, como en el asado a la parrilla convencional o en las freidoras. Los alimentos en alto contenido de agua y con poco aceite rara vez superan temperaturas superiores a las de ebullición del agua.

El calentamiento por microondas puede causar un exceso de calentamiento en algunos materiales con baja conductividad térmica, que también tienen constantes dieléctricas que aumentan con la temperatura. Un ejemplo es el vidrio, que puede exhibir embalamiento térmico en un horno de microondas hasta el punto de fusión. Además, las microondas pueden derretir algunos tipos de rocas, produciendo pequeñas cantidades de lava sintética. Algunas cerámicas también se pueden fundir, e incluso pueden llegar a aclararse enfriarse. El embalamiento térmico es más típico de líquidos eléctricamente conductores, tales como agua salada.

Un error común es creer que los hornos microondas cocinan los alimentos "desde dentro hacia afuera", es decir, desde el centro de toda la masa hacia el exterior de alimentos. Esta idea surge del comportamiento del calentamiento si una capa absorbente de agua se encuentra debajo de una capa seca, menos absorbente, en la superficie de un alimento. En este caso, la deposición del calor dentro de un alimento que puede exceder la de su superficie. En la mayoría de los casos, sin embargo, con alimentos uniformemente estructurados o razonablemente homogéneos, las microondas son absorbidas en las capas exteriores de una manera en cierto modo similar al calor de otros métodos. Dependiendo del contenido de agua, la profundidad de la deposición de calor inicial puede ser de varios centímetros o más con los hornos de microondas, en contraste con el asado (infrarrojos) o el calentamiento convectivo (métodos que depositan el calor en una fina capa de la superficie de los alimentos). La profundidad de penetración de las microondas depende de la composición de los alimentos y de la frecuencia, siendo las frecuencias de microondas más bajas (longitudes de onda más largas) las más penetrantes.
                                     
                           EL PRIMER HORNO MICROONDAS




Este, actualmente popular, electrodoméstico nació en 1945 cuando el ingeniero Percy Spencer, mientras trabajaba con su dispositivo de magnetrón, descubrió que la barra de dulce ubicada en su bolsillo se derretía ante la radiación de aquel sistema.



                   SEGUNDO HORNO MICROONDAS


                                     .

El horno de microondas fue descubierto en 1947 por el ingeniero Percy Spencer.
El ingeniero Spencer de la empresa Raytheon, llevaba en el bolsillo de su saco una barra de chocolate, la cual dio origen a uno de los inventos más utilizados en la vida cotidiana.
En esa época el ingeniero Spencer realizaba investigaciones con un generador de altas frecuencias (unos 60,000 Mhz) para usarlo como radar.
Luego de un rato de investigar sintió un poco de hambre y decidió comerse la barra de chocolate que llevaba en el bolsillo de su saco.
Cuando sacó la barra de chocolate para comérsela, se encontró con el  chocolate fundido.

                     
                                 HORNO MICROONDAS LG






El nuevo horno microondas LG DuoChef hecho el 1 de julio del 2009 tiene una capacidad de 31 litros, y es una innovadora combinación de LG Electrodomésticos.
El DuoChef es el primer microondas de convección con dos ventiladores que ofrece tres modos para cocinar: sólo microondas, parrilla y horno de convección. La idea detrás de este tipo de diseño es para ahorrar espacio y mejorar la capacidad de horneado ya que los dos ventiladores distribuyen el calor uniformemente, lo que resulta en alimentos mucho mejor cocinados.

LG además, ha incorporado un modo descongelación con aire caliente, que descongela los alimentos de manera más eficiente desde el interior hasta el centro.
Otras características incluyen empotrado giratorio, pantalla LED de 4 dígitos, bloqueo de seguridad para los niños y una cavidad anti-bacteriana.

Horno Microondas 



publicado el 9 de agosto del 2010:La mayor parte de la población mundial, por su edad, considera al horno de microondas una parte normal de la cocina. Desde su introducción, hace 30 años, se ha expandido vertiginosamente y cambiado la manera en que preparamos alimentos. Si bien la cocina y el horno convencional se siguen usando, es para los minoría de casos que –como veremos–  requieren de un proceso en que el calor se transmite gradualmente.
Puede seguir leyendo la segunda parte de este artículo el viernes 13 de agosto.

                                            COMIDA CALIENTE
Una de las razones por las que el control del fuego ayudó a la humanidad a progresar aceleradamente es la comida. El fuego permitió al hombre protegerse de los predadores y habitar cavernas, pero también a procesar alimentos que crudos no eran digeribles. El descubrir que, expuestas al fuego, una variedad de plantas se volvía comestible, amplió rápidamente la disponibilidad de alimento.
                                                   
                                                       LA ENERGIA
Desde entonces la humanidad, de acuerdo a lo disponible en la región que habita, ha cocinado sus alimentos. Esto hizo del combustible uno de los elementos esenciales de la civilización. La leña, el carbón de leña, luego el carbón mineral y finalmente el petróleo y el gas cumplieron esta función. Al llegar la electricidad, a ellos se añadió la energía eléctrica, generada por caídas de agua, combustibles fósiles o plantas nucleares.
En el siglo XX, en la mayoría de los países industrializados, fueron primero los combustibles fósiles, incluido el gas, los que cocinaron los alimentos. Luego, de acuerdo a su costo local, la electricidad. Al comenzar el siglo XXI el gas y la electricidad se encargaron de cocinar la comida en el primer mundo, mientras que en el tercer mundo en la mayoría de los casos son el kerosene, el carbón y la leña. Pero la cocción eléctrica sufrió un cambio radical con la aparición del horno de microondas.

                                                  LAS MICROONDAS

Dentro de la gama de las ondas electromagnéticas, que incluyen desde las largas ondas de radio hasta los más cortos rayos X y Gamma, pasando por la luz visible, están las microondas. Estas tienen una frecuencia que va desde poco menos de un gigaHertz (miles de millones de oscilaciones por segundo) hasta poco más de 10 gigaHertz. Son ondas que se miden en centímetros: típicamente, una onda de 3 gigaHertz tiene 10 cm. de longitud.
Una característica de las microondas es que son absorbidas por el agua, las grasas y los azúcares. Al ser absorbidas hacen vibrar los átomos, y la vibración de los átomos es calor. Otra característica importante es que no son absorbidas por el vidrio, la cerámica ni la mayoría de los plásticos, mientras que el metal las refleja. Estas características permiten que las sustancias que contienen agua, grasas o azúcares, o una combinación de estas sustancias, se calienten uniformemente al ser expuestas a las microondas.
Para ilustrar cómo calientan la comida las microondas, veamos primero cómo funciona un horno convencional. Al colocar en el horno un pan, el calor es transmitido por conducción, es decir que comienza a penetrar de afuera hacia dentro. Así, si ponemos el horno a una temperatura excesiva, la corteza del pan se quemará mientras el interior permanecerá crudo pues el calor ha tenido un efecto excesivo antes de pasar al interior del pan. Si ponemos la temperatura adecuada, el exterior se pondrá duro y crocante, porque habrá afuera aire caliente y seco, mientras que el interior permanecerá húmedo y menos cocido. Este es el efecto del horno convencional sobre todas las sustancias: calienta primero el exterior, que sigue absorbiendo calor y la comida se cocina menos a medida que se aleja de la superficie.

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